El volcán entraría en erupción y lanzaría literalmente chorros de material contaminante hacia el cielo, algo que podría afectar a cualquier criatura viviente en las cercanías de la montaña.
De hecho, más de 1.700 personas han tenido que ser evacuadas desde que el volcán entrara en erupción y unas 40 estructuras, docenas de casas y coches han resultado destruidos.
Las autoridades mantienen el nivel de alerta en 3 (crítico) de una escala de 5, al considerar que el volcán podría entrar en erupción de forma violenta en un plazo de horas, días o semanas.
El Ontake, el segundo mayor volcán de Japón con 3.067 metros de altura y ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya, entró en erupción el pasado sábado mientras centenares de montañeros se encontraban realizando senderismo.